Un poco tarde, pero aquí van. Como curiosidad, es el primer año que algunas de mis mejores fotos han nacido de algún móvil :) Y adelanto que para el 2014 tendré unas cuántas fotos más, que no sé por qué en el 2013 hubo poco movimiento.

En estas fechas en las que nos inundan con «lo mejor de 2012», también me apunto a esa inundación compartiendo mis mejores fotos del año pasado. Las he dejado en mi cuenta de flickr, en un álbum para el 2012.

Este año mis fotos me han gustado menos que las de años anteriores, aunque creo que es solamente porque como viajé menos hice menos fotos, y claro, así hay menos oportunidades de conseguir fotos decentes, y se nota.

Aparte, dejo por aquí las cinco fotos que más me han gustado, para darle color al blog. La foto del pico Humión me la dejaré de foto de portada.

Yo también he caído en la tentación… De leer la novela fácil del verano. Esta vez se trata de la trilogía «Cincuenta sombras«, que se ha hecho famosa sobre todo en Estados Unidos por despertar la sensualidad de muchas mujeres (eso dicen…). Y esto se debe a que es una novela erótica fácil de leer, en este caso con tintes sadomasoquistas:

» – Abre la maldita puerta de una vez, Christian.
Abre la puerta y se aparta a un lado para que yo entre primero. Vuelvo a mirarlo. Quiero saber lo que hay ahí dentro. Respiro hondo y entro.
Y siento como si me hubiera transportado al siglo XVI, a la época de la Inquisición Española.»

Esto es el párrafo (bueno, tres minipárrafos) extraídos del final del capítulo 6, y la verdad es que como final o como micro-relato está bastante bien.

Pero la novela es más bien mediocre. Para empezar el argumento es un tópico: «chica inocente e insegura conoce a chico misterioso, que es guapísimo y riquísimo, y sin saber cómo empiezan una relación apasionada. Pero él tiene secretos y problemas, que ella la dulce chica inocente intentará que supere sin tampoco saber cómo.» Por lo demás, es un mamotreto de casi 600 páginas (más segunda y tercera parte) en el que casi lo único que ocurre es que hay mucha tensión sexual que se resuelve muchas veces. Incluso como novela erótica es mediocre.

Pero lo cierto es que a pesar de esta mediocridad se deja leer, o más bien engancha. Por un lado, están muy logrados los dos personajes principales, que no son planos sino que están bastante bien definidos y se describe bastante bien cómo sufren/disfrutan su romance compulsivo y tórrido. Para mí también destaca el punto de vista femenino de la historia, que permite algo tan poco frecuente como leer la intimidad de una mujer. Y por otro lado, está escrito en un lenguaje sencillo, poco recargado y con muchos diálogos. Además está salpicado de intercambios de correos electrónicos muy curiosos y bien conseguidos.

En resumen: el que quiera una lectura poco profunda, fácil y picante, tiene aquí una trilogía estupenda para pasar el tiempo. El que quiera una novela romántica, o erótica, o sobre los misterios de las relaciones de pareja, mejor que busque otras opciones.

En otra visita, esta vez de mis amigotes de Vigo, volví a salir cámara en mano por el Valle de Tobalina. Y también por sus alrededores, hacia el lado Oeste de las Merindades. Esto podría ser la segunda entrega de la entrada anterior (aquí), y un complemento para la entrada de rutas por el norte de Burgos. De hecho, en breve reharé esa entrada para incluir los últimos «descubrimientos» de este año y del pasado, que han ampliado en cantidad y en calidad los destinos al norte de Burgos.

Pero esta entrada va de otra cosa: de las fotos que han merecido la pena en este último fin de semana. Aquí van:

Una vista de la iglesia de San Esteban con la catedral al fondo, en Burgos.

Dos fotógrafos, vistos desde detrás de una de las cascadas de Tobera, cerca de Frías.

Típica foto del espectacular castillo de Frías, desde la calle que asciende hacia la iglesia.

La ermita de San Bernabé y San Tirso, en Ojo Guareña.

Vista desde el valle del río Guareña hacia Villabascones.

Puentedey, bonito hasta en un día plomizo y lluvioso.

La típica foto de Orbaneja del Castillo. No hace justicia a toda la belleza de esta esquinita del Ebro.

Otra vista de Orbneja, desde la subida a la iglesia. Entre las casas y las rocas del fondo pasa el Ebro, a unos 40 metros por debajo.

Hoces del Ebro cerca de Pesquera. Haría falta una foto panorámica enorme para captar el otro lado del río y todas las paredes...

Torre de los Salazar, en Quintana Martín Galíndez.

La iglesia de Santa Águeda en Herrán, con los cerezos (¿o almendros?) en flor en torno a ella, y la sierra de Arcena al fondo, entre nubes.

Hermita de Santa María de la Hoz en Tobera, desde un ángulo poco habitual.

Hace un par de fines de semana volví al valle de Tobalina, esta vez con mi cámara y parte de la familia. Como siempre que voy por Tobalina, me acogió estupendamente mi familia de allí, y como siempre también me acogió la fantástica naturaleza del valle.Ya había pulicado una entrada dedicada parcialmente al valle, aquí; así que esta vez sólo dejo algunas fotos para motivaros aun más para visitar este lugar.

(Frías y Tobera son del municipio vecino, pero se llega en tan poco tiempo que siempre lo incluyo en la ruta del valle de Tobalina).

El castillo de Frías visto desde la parte baja, al anochecer.

Una calle de Frías.

El castillo de Frías al anochecer, visto desde la plaza contigua. Pequeño pero muy resultón.

Una de las cascadas de Tobera (se puede pasar caminando tras ella).

Otra de las cascadas de Tobera (serán unos 6 metros).

Un rincón de la ruta de las cascadas de Tobera, entre avellanos y viejos caseríos.

Frías vista desde el arco del puente romano-medieval.

Junto al puente de Frías, mirando al Ebro aguas abajo.

La mole del pico Humión desde el otro extremo del valle.

El pico Humión, la montaña más alta del valle.

La cascada de Pedrosa de Tobalina desde su base

La cascada de Pedrosa de Tobalina